Santo Domingo, RD.
La Policía Nacional enfrenta una
crisis de credibilidad por el aumento de la cantidad de ciudadanos muertos con
las balas de sus agentes. En el caso más reciente, 11 policías acribillaron el
mes pasado a cinco personas en la entrada de una plaza comercial de La
Barranquita, en Santiago.
Frente a estos hechos, la
institución ha apelado a la responsabilidad individual de sus agentes y opta
por no ofrecer información sobre operaciones que fueron dirigidas desde su seno
y que terminaron en desenlaces trágicos.
La ministra de Interior y
Policía, Faride Raful, aseguró hoy que ella misma quisiera saber las
circunstancias que originaron la matanza de Santiago y que también espera los
resultados de las investigaciones.
Esas pesquisas han revelado una
secuencia de hechos que desmiente a la Policía Nacional en su versión sobre un
legítimo intercambio de disparos, según ha adelantado el director de la
Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa
(Pepca), Wilson Camacho.
"Eso es lo que nosotros
queremos que la justicia determine y el Ministerio Público, y desde el primer
momento estamos colaborando en todo lo que se nos ha solicitado, dándole
instrucciones a la Policía Nacional, porque los más interesados en que se
esclarezca esta situación en esta operación que se dio es precisamente el
Ministerio de Interior y Policía, y el Gobierno dominicano", manifestó la
funcionaria.
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