En un comunicado, la
organización denunció que el plan de respuesta humanitaria en Haití carece de
los fondos necesarios para atender la crisis, mientras miles de personas se ven
forzadas a desplazarse repetidamente en busca de refugio. Muchas de ellas
terminan en campamentos improvisados sin acceso adecuado a agua, saneamiento ni
atención médica.
“Sin una acción
urgente, la situación se convertirá en una catástrofe humanitaria, ya que la
violencia incesante sigue agravando el sufrimiento de una población ya
exhausta”, advirtió Christophe Garnier, coordinador general de MSF en Haití.
Para hacer frente a la
crisis, MSF ha ampliado la capacidad del hospital de Tabarre, aumentando las
camas de traumatología de 50 a 75. No obstante, la institución ha reportado que
desde hace más de 10 días el centro opera casi al límite de su capacidad, con
su personal bajo una presión extrema para atender a nuevos pacientes.
A la emergencia
sanitaria se suma el creciente desplazamiento forzado de la población. Desde el
14 de febrero, más de 24,000 personas han huido de sus hogares debido a los
ataques de pandillas en distintos barrios del área metropolitana de Puerto
Príncipe, una cifra que sigue en aumento mientras persiste la violencia.
Médicos Sin Fronteras
ha instado a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos y financiamiento
para responder a esta crisis humanitaria, advirtiendo que, de no tomarse
medidas urgentes, la situación en Haití podría deteriorarse aún más, dejando a
miles de personas en condiciones de extrema vulnerabilidad.
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