Santo Domingo.-Para 1956, era una época en que apenas habían 16 franquicias, pero más que todo una difícil e imperante barrera racial que aplastaba a los jugadores negros, quienes a fuerza de voluntad tenían que subsistir, amén que debían demostrar calidad en un negocio en que solo por su condición de piel eran tratados y observados de forma diferente.
Pero a base de talento, coraje y persistencia, el bautismo de Osvaldo Virgil, el 23 de septiembre de ese 1956, tras su firma con los Gigantes de Nueva York y que luego continuó un grupo integrado por Felipe Alou, Ruddy Hernández, Juan Marichal, Julián Javier, Manuel Mota, Mateo y Jesús Alou, Ricardo Carty entre otros, abrieron puertas que en ese momento nadie imaginaría que se convertiría en una maquinaria tan productiva como lo ha representado por décadas.
El pasado fin de semana, con el debut de Lewin Díaz con los Marlins se escribió otra historia dorada para la representación de quisqueyanos en el más exigente béisbol, tras convertirse en el jugador 800 que pisa un diamante de Grandes Ligas, un hecho que trasciende.
Un santiaguero en Las Grandes Ligas:
Domingo Antonio Ramos (nacido el 29 de marzo de 1958 en Santiago) es un ex infielder dominicano que jugó en las Grandes Ligas de Béisbol entre 1978-1990. Fue firmado por los Yankees de Nueva York como amateur en 1975. En sus doce temporadas en Grandes Ligas militó para los New York Yankees, equipo en el que debuta el 8 de septiembre de 1978, también jugó para Toronto Blue Jays, Seattle Mariners, Cleveland Indians, Los Angeles Angels of Anaheim y Chicago Cubs. Desempeñándose más que nada en el shortstop, Ramos terminó en las mayores con un promedio de bateo de .240, 261 hits, 34 dobles, 2 triples, 8 jonrones, 109 carreras anotadas, 85 impulsadas, 6 bases robadas, 92 base por bolas, 138 ponches en 507 juegos y 1086 turnos al bate.
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