París, Francia.
Se sospecha que ambos formaron
parte del comando de cuatro individuos que el domingo pasado robó, en cuestión
de minutos, ocho joyas de la corona de Francia de un valor estimado en más de
100 millones de dólares.
Se sospecha que ambos formaron
parte del comando de cuatro individuos que el domingo pasado robó, en cuestión
de minutos, ocho joyas de la corona de Francia de un valor estimado en más de
100 millones de dólares.
La fiscal de París, Laure
Beccuau, indicó que las detenciones se realizaron el sábado por la noche.
"Uno de los hombres arrestados
estaba a punto de salir del país" desde el aeropuerto París Charles de
Gaulle, indicó, confirmando informaciones difundidas por medios franceses.
Una fuente dijo a AFP que el
sospechoso se disponía a abordar un vuelo con destino a Argelia. El segundo fue
detenido poco después en la región parisina, según el diario Le Parisien.
Ambos fueron puestos bajo
custodia policial por robo en banda organizada y asociación criminal.
Beccuau lamentó que se haya hecho
pública la noticia de las detenciones, advirtiendo que "solo puede
entorpecer el trabajo de los 100 investigadores movilizados para recuperar las
joyas robadas y encontrar a todos los implicados".
El ministro del Interior, Laurent
Nuñez, también pidió discreción, aunque felicitó en X a los investigadores
"que trabajaron sin descanso".
Los ladrones entraron en el museo
gracias a un montacargas instalado en la calle, abrieron con una sierra discal
las vitrinas donde se encontraban las joyas y huyeron en moto.
Entre las joyas que se llevaron
destaca una diadema de perlas que perteneció a la emperatriz Eugenia y un
conjunto de collar y pendientes de zafiros de la reina María Amelia.
ADN y huellas dactilares
El robo generó debate en Francia
sobre la seguridad de las instituciones culturales. La directora del Louvre
admitió que los ladrones aprovecharon un punto ciego en el sistema de
vigilancia de los muros exteriores del museo.
Sin embargo, Beccuau señaló que
cámaras de seguridad públicas y privadas permitieron a los investigadores
seguir el rastro de los ladrones "en París y en regiones cercanas".
Los investigadores también
hallaron muestras de ADN y huellas dactilares en el lugar del crimen, gracias a
objetos abandonados por los ladrones durante la fuga, como guantes, un chaleco
reflectante, un soplete y herramientas eléctricas.

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