Santo Domingo. - El
excandidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y
aspirante a la misma posición, Abel Martínez, aseguró que el costo de la vida
en República Dominicana ha convertido la supervivencia en un reto diario para
millones de ciudadanos, especialmente para las familias trabajadoras, jóvenes
profesionales y madres solteras, que deben elegir entre pagar el alquiler,
comer con dignidad o costear una emergencia médica.
Dijo que a pesar de que el
Gobierno insiste en que “el salario mínimo cubre la canasta básica”, la
realidad es muy distinta cuando se suman los gastos reales del dominicano
promedio, entre los que destacó el pago de alquiler de vivienda, servicios
básicos, medicamentos, transporte, educación y hasta un pequeño respiro
personal forman parte de una carga que sobrepasa con creces los ingresos
mensuales.
Abel Martínez sustenta sus
declaraciones, en datos oficiales como los del Banco Central, que i formó que
la canasta básica nacional asciende a más de RD$45,000, mientras el salario
mínimo promedio ronda los RD$15,000 a RD$21,000, dependiendo del sector, e
indicaron, además, que el alquiler de una vivienda modesta en zonas urbanas
puede costar entre RD$8,000 y RD$18,000, sin incluir agua, luz ni internet.
En tanto, un tratamiento médico básico puede representar entre RD$1,500 y RD$5,000, sin contar estudios o emergencias y muchos trabajadores informales no tienen acceso a seguros ni prestaciones, lo que agrava la situación.
“La gente no está pidiendo lujos.
Está pidiendo vivir con dignidad. Dicen que el sueldo alcanza para la canasta
básica, pero después de comer, hay que pagar alquiler, mandar los hijos a la
escuela, comprar medicina, y si queda algo, hasta un traguito uno quisiera
darse para botar el golpe”, expresó el líder político Abel Martínez, al
solidarizarse con quienes enfrentan esta carga mes tras mes.
Martínez agregó que lo más grave
es que el discurso oficial sigue desconectado de la realidad del pueblo.
“Muchos dominicanos no están viviendo… están aguantando. Y eso es injusto”,
afirmó.
La falta de un plan serio de
vivienda social, sumada al estancamiento de los salarios y el aumento del costo
de vida, ha provocado una crisis silenciosa que afecta la salud mental, el
bienestar familiar y la estabilidad económica de millones.
Abel Martínez llamó a que se
revise la política salarial con enfoque humano, se promueva el acceso real a
viviendas dignas y se combata la inflación con medidas efectivas, no con
propaganda. “La gente lo que quiere es vivir, no sobrevivir”, concluyó.
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