Santo Domingo. -La competencia desigual sigue generando preocupación entre los comerciantes locales. El Consejo Nacional del Comercio en Provisiones (CNCP) denunció ayer que cientos de comercios operados por ciudadanos de origen chino están provocando una competencia desigual en el país, afectando gravemente a las micro, pequeñas y medianas empresas dominicanas, así como a la producción nacional.
Los representantes del CNCP —un
gremio que agrupa a 74 asociaciones comerciales a escala nacional— advirtieron
que el modelo de operación de muchos de estos negocios chinos viola normas
fiscales, aduanales y laborales, lo que los pone en ventaja frente a los
comerciantes locales.
“No estamos opuestos a que ellos
vengan porque somos un país libre. Entendemos que todos podemos convivir”,
aclaró el secretario general del CNCP, Jorge Jerez, pero dejó claro: “Lo que
tenemos que tener son reglas claras”.
“Tienen que tener las mismas
condiciones de nosotros los que estamos aquí”, subrayó Jerez, y dijo que para
los comerciantes dominicanos es difícil competir cuando los chinos tienen
ventajas arancelarias, fiscales y hasta el respaldo de su propio gobierno.
Los comerciantes aseguraron que
muchos de estos establecimientos no emiten comprobantes fiscales, evitan el
pago de impuestos y, cuando las autoridades intentan hacer auditorías o aplicar
la ley, cambian de denominación social, desapareciendo formalmente y reapareciendo
con otro nombre en el mismo local.
Además, denunciaron que los
productos que ofrecen en sus negocios son en su mayoría importados directamente
desde China, fabricados o ensamblados allá, lo que deja fuera de competencia a
las industrias nacionales.
Uno de los casos más
preocupantes, señalaron, es el de la industria local de cuadernos, que en otros
tiempos lideraba el mercado escolar. “Hoy en día esas industrias están en una
situación muy difícil”, dijo Jerez.
La razón: ahora los cuadernos son
importados. “Usted va a un supermercado y no se venden. En una de esas grandes
plataformas no es verdad que aparece un cuaderno local. Todos son importados”,
afirmó.
Según explicó el presidente del
CNCP, Alberto Leroux, los inversionistas chinos siguen un patrón muy
específico: alquilan o compran propiedades por largos períodos, traen sus
propios ingenieros y materiales pre-construidos desde China, no pagan, e
incluso emplean a trabajadores de su país para las labores de construcción. “Al
final, los beneficios para donde se van: para China”, dijo Leroux.
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