Santiago.-
El diputado Félix Michell Rodríguez dijo hoy que con el anuncio del director de
la Corporación de Acueductos y Alcantarillado de Santiago, (CORAASAN), el
ingeniero Andrés Burgos, de que el presidente Luis Abinader lo ratificó en el
cargo, es un decreto que llena de luto y dolor a las familias santiagueras.
Rodríguez entiende
que se trata de una gestión fracasada, cuyo servicio se encuentra en los
niveles más críticos de la historia de esa institución, donde muchos sectores
de Santiago no reciben el agua de manera regular y cuando suele llegar no reúne
las condiciones de potabilidad.
“Si medimos la
ratificación del director de CORAASAN en base a los resultados, tendremos que
llegar a la conclusión de que es un
decreto que llena de luto y dolor a una gran parte de las familias y barrios de Santiago, que pasan
todo tipo de calamidades por la falta de agua”, indicó Félix Michell Rodríguez.
Dijo que a diario se
escuchan las quejas de muchas amas de casas de que el agua llega mal oliente y
turbia, que no les permite utilizarla para preparar los alimentos y que se ven
obligadas a comprar agua en botellones, lo que mengua considerablemente su
presupuesto.
“A diario se nos
acercan las cabezas de familias o las escuchamos en los medios de comunicación
quejarse por la falta del agua y la cuestionable calidad del vital líquido,
situación que se ha generado en la actual administración de CORAASAN y con su
ratificación en el puesto no habrá esperanza de mejoría, por la ineptitud del
señor Andrés Burgos”, aseguró el congresista de la Fuerza del Pueblo.
Félix Michell
Rodríguez, que como parte de su labor social ha tenido que llevar agua potable
a varias comunidades, dijo conocer la penosa situación de muchas familias que
tienen que destinar parte del dinero de comprar la comida para poder tener el
agua embotellada, que actualmente cuesta hasta setenta pesos un botellón.
Rodríguez dijo
esperar que el director de la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de
Santiago, reoriente sus acciones y que finalmente cumpla con servir agua de
calidad y de manera regular a toda la población de Santiago, que de manera
religiosa tiene que pagar mensualmente la factura de un servicio muy
deficiente.
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