Con la vertiginosa propagación del coronavirus en EE.UU., el país, y sobre todo su costa este, está tomando serias medidas para intentar frenar el avance, entre las que se encuentra el haber acusado a varios ciudadanos de amenaza terrorista por toser intencionadamente sobre otras personas. Uno de los casos más notorios ha sido el de un ciudadano de Nueva Jersey, George Falcone, que se encontraba la pasada semana haciendo las compras en un supermercado cuando tosió, supuestamente adrede, cerca de una de las empleadas del establecimiento, tras lo que le informó de que tenía coronavirus. El temerario acto se produjo después de que la empleada le solicitara a Falcone que se alejara tanto de la comida expuesta como de ella, porque estaba demasiado cerca, a lo que el cliente respondió acercándose aun más a ella y tosiendo mientras reía, según explicaron las autoridades. Como consecuencia, Falcone ha sido acusado de amenaza terrorista en tercer grado y de obstrucción de la ley, concretó el fiscal general del estado de Nueva Jersey, Gurbir Grewal, y se enfrenta a una pena de prisión de hasta 7 años y una multa de 26.000 dólares.