El coronavirus que apareció en China en diciembre y que apenas lleva circulando tres meses ha causado un millón de casos y más de 50.000 muertos, lo que evidencia que los países no deben apresurarse a levantar las restricciones impuestas para controlar la transmisión del patógeno. "Más de un millón de casos han sido reportadas a la OMS y más de 50.000 muertes", confirmó hoy el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una rueda de prensa virtual. Desde hace días, las cifras diarias de nuevos casos oscilan entre los 50.000 y 80.000, un ritmo tan desenfrenado que el primer millón de casos se ha registrado apenas seis semanas después de que el paciente "cero" fuese ingresado en un hospital del norte de Italia, desde donde la expansión del virus en Europa y el resto del mundo se hizo imparable. Tres países arrastran la epidemia desde hace pocas semanas: Estados Unidos (250.000 casos), Italia (119.000) y España (117.000), pero con tasas de letalidad que varían fuertemente entre ellos: 6.000, 14.600 y 11.000, respectivamente.
Al comunicar este triste récord, la OMS optó por poner énfasis en que esta pandemia no sólo es una tragedia para la salud pública, sino también para la economía mundial y para cientos de millones de familias en el mundo que han perdido sus ingresos o ven peligrar sus empleos.