CLENDENIN, West Virginia, EE.UU. (AP).- Numerosas familias se vieron obligadas a dejar sus hogares debido a las inundaciones y tormentas que azotaron a West Virginia, y permanecían el sábado en la incertidumbre sobre su futuro. “No tengo nada”, sollozó Cathy Light al comer una hamburguesa donada por una iglesia local. “¿A dónde iremos ahora?” “En medio del fango y los escombros desparramados por doquier, Cathy y su esposo Chris dijeron que las hamburguesas donadas eran como “caídas del cielo”. “Estaban sentados en un estacionamiento en el poblado de Clendenin. A su izquierda yacía el techo tumbado de un establecimiento Dairy Queen. Al lado estaba una casa móvil que había sido destrozada. Por los aires se percibía cierto olor a comida podrida de un mercado que hace poco estuvo inundado de lodo húmedo. Antes de ser rescatados por un bote en Clendenin el sábado, lo único que los Light pudieron salvar fue a su perrito y un televisor que estaba encima de un armario en su dormitorio. Las fuertes lluvias que azotaron West Virginia dejaron por lo menos 24 muertes y a familias desamparadas, en la agonía de saber que lo habían perdido todo.