El papa Francisco, que inició hoy una visita de una semana a Brasil para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, paseó con la ventana de su vehículo abierta por una zona de favelas de Río de Janeiro. Pese a haber abordado por seguridad un vehículo blindado para desplazarse desde el aeropuerto internacional de Río de Janeiro, en donde fue recibido por la presidenta Dilma Rousseff, hasta el centro de la ciudad, en donde paseará en un papamóvil abierto y sin blindaje, el Pontífice abrió la ventana del automóvil para que el público pudiese verlo. Francisco saludó a las pocas personas que vieron su comitiva pasar por la Línea Vermelha (Línea Roja), una vía expresa que atraviesa algunas de las barriadas pobres que componen el llamado complejo de favelas de la Maré. La comitiva pasó por favelas como Parque Uniao, Nova Holanda, Baixa do Sapateiro, donde el gobierno regional aun no ha aplicado un programa destinado a "pacificar" las barriadas que son controladas por bandas de pistoleros e instalar puestos policiales permanentes. Unos pocos minutos después, cuando el pontífice ya se aproximaba a la catedral de Río de Janeiro, la comitiva prácticamente tuvo que parar debido a la cantidad de personas que quiso acercarse al vehículo para saludarlo.