El gran error de Guillermo Moreno. Para un individuo hacerse un espacio en cualquier manifestación del quehacer cotidiano, cuesta. Cuesta esfuerzo, sacrificio, dedicación y la disposición de hacerlo y hacerlo bien. Ser un deportista famoso, por demás bueno; un abogado respetable y depositario de confianza; un medico capaz y que dé respuestas satisfactorias en los momentos difíciles; o un político serio, que responda a las expectativas de su pueblo, son tareas para titanes. A la hora de buscarnos un espacio debemos hacerlo con nuestro propio esfuerzo, poniendo en práctica nuestra capacidad y talento, pero nunca, nunca destruyendo espacios bien ganados por otros. Mi comentario viene a colación por la reciente decisión tomada por la magistrada Procuradora Fiscal del Distrito Nacional, Jenny Berenice Reynoso, quien ha desestimado la querella interpuesta por el abogado y político Guillermo Moreno García contra el ex presidente dominicano Leonel Fernández y la Fundación Global, Democracia y Desarrollo. La Magistrada ha decidido dejar sin efecto la acusación que por alegados actos de corrupción y lavado de activos hiciera el abogado y ex Fiscal del Distrito Nacional contra el ex mandatario. No cabe duda de que el doctor Moreno la ha emprendido contra Fernández, tratando de buscar un espacio en la oposición política que el Partido Revolucionario Dominicano, principal partido de oposición no ha estado en condiciones de asumir, fruto de sus fuertes pugnas internas. Pero Guillermo Moreno ha errado en su propósito, el cual debió emprenderlo haciendo un trabajo político en el seno de la población, presentando propuestas y enarbolando un discurso atractivo, convincente y creíble, lo que no ha logrado en las dos oportunidades que se ha presentado como candidato presidencial. Leonel Fernández es una gran realidad política, con tres elecciones presidenciales ganadas y como líder político de su partido tuvo el coraje y la capacidad de dejar su partido en el poder. Leonel Fernández es el objetivo de todos aquellos que sueñan con llegar al palacio nacional, aquellos que no tienen discursos, ni propuestas y no gozan de credibilidad. Hasta el próximo comentario.